lunes, 31 de enero de 2011

LA CALIDAD DEL AGUA

Para que el agua sea útil debe tener unas características físicas, químicas y biológicas que dependen del uso al que se destine. El agua natural al circular por el planeta se va cargando de sustancias naturales (disueltas y en suspensión) y contaminantes diversos, a veces muy peligrosos. Por tanto,  el agua debe ser depurada, tratada y sometida a controles de calidad antes de su uso. Además, para evitar daños ambientales, esa agua debe ser limpiada después de ser utilizada.
            La OMS establece una normativa internacional y otra europea relativa al agua, que pueden ser modificadas por cada país, exclusivamente para aumentar su rigor. Para el agua potable se exigen 62 parámetros referidos a sus características, propiedades y concentraciones. Estos parámetros pueden agruparse en las siguientes categorías:
a)     Parámetros organolépticos: color, turbidez, olor, sabor, etc.
b)     Parámetros físico–químicos: temperatura, PH, conductividad, concentración de ciertos iones, dureza, oxígeno disuelto, etc.
c)     Sustancias no deseables: nitratos, nitritos, el COT (carbono orgánico total), hidrocarburos, fenoles, ciertos metales, detergentes aniónicos, compuestos organoclorados, etc.
d)     Sustancias tóxicas: arsénico, berilio, cadmio, mercurio y otros metales pesados, plaguicidas, HAP (hidrocarburos aromáticos policíclicos).
e)     Microorganismos: virus, bacterias, gusanos, protozoos, etc.
El concepto de calidad ecológica del agua, establecido por la Unión Europea en 1994,  requiere la presencia de unas características físicas y químicas en la misma para que pueda ser destinada al consumo humano y al mantenimiento de la biodiversidad, y además exige ciertas condiciones estéticas en el medio acuático.
Viviana Karin Rojas Cardenas CI: 19632974
Circuitos de alta frecuencia (CAF)

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